Cuentos Clásicos Populares ®

son cuentos infantilesHoy os traemos una recopilación de 10 cuentos para dormir felices que os van a encantar, y indudablemente vuestros hijos disfrutarán con ellas. Con estos Cuentos populares de África el lector podrá viajar por todo el continente negro (no identificado por sus fronteras políticas -fruto, como es sabido, de las avaricias territoriales de las potencias coloniales y ahora de las élites y oligarquías que gobiernan cada uno de ellos de los países-, sino más bien por los conjuntos étnicos que se extienden por geografías y paisajes muy, muy diferentes a lo largo y lo ancho del continente) y va a poder ir descubriendo historias que sorprenden, primeramente, por la sencillez estilística, -conseguida con un lenguaje depurado y sin accesorios-, en contraposición siempre a la profundidad temática de las narraciones.

— No me hiciste caso tampoco esta vez, pero te asistiere pues me das hiere, te llevare al castillo de oro, cuando llegue la media noche debes saltar sobre la princesa la que se dirige al baño a esa hora, debes besarle en la boca y decirle que deben partir, pero por mas que la princesa te lo pida no dejes que se despida de sus padres — Recomiendo el zorro indicándole que se subiese a su lomo.

9. “Mamá, no puedo dormir”, Brigitte Raab y Manuela Olten, ed. Takatuka (+3-cuatro años): Sólo haga clic en el siguiente documento este cuento tierno y entretenido la protagonista no puede conciliar el sueño y va llamando a su madre, la cual, muy paciente y comprensiva, le va contando que debe buscar su forma de dormir, pues todos tenemos nuestra forma, aun los animales: los peces con los ojos abiertos, los murceguillos boca abajo, los leopardos encima de una rama de árbol, etcétera

Lo extraordinariamente lejos que se encuentran los cuentos maravillosos de la vida cotidiana de un pueblo, que sin embargo cultiva esa tradición oral aun a sabiendas de que no encierran ninguna verdad objetiva ni pragmáticamente útil, es precisamente la mejor prueba de que semejantes cuentos encierran un mensaje de naturaleza bien distinta, y a la que nos hemos referido: el sentimiento de la libertad (oprimida y mediante sucedáneos en España) y de la justicia, como logros irreversibles del hombre y, a falta de ellos (en España asimismo), la apertura del mundo a lo desconocido; jamás a lo sobrenatural en este sentido religioso moderno.

De reciente aparición en la colección Las tres edades, Biblioteca de Cuentos Populares”, de la editorial Siruela, Cuentos populares de África es una documentadísima antología que referencia no solo procedencia bibliológica sino que estira del hilo hasta llegar al narrador informante -si se conoce-, a las diferentes versiones y traducciones de cada historia, así como a las circunstancias étnicas y culturales en las que se recogieron.

La iniciativa participativa, que narra de qué forma la deportación ha creado un profundo desgarro en la unidad y vida en familia, es obra de la maestra de educación secundaria Sophia Sobko, una inmigrante rusa que vivió en San Diego y San Francisco, y que fue testigo de la huella sensible que la inmigración indocumentada deja en estudiantes y pequeños hispanos de todo el país.

La primera fase escrita probablemente se inició cuando los egipcios elaboraron el llamado Libro de lo mágico trece ​ Textos de las Pirámides (cerca tres mil cincuenta a. C. ) y el llamado Libro de los Fallecidos (hacia el mil quinientos cincuenta a. C.). De allá pasamos a la Biblia —donde por poner un ejemplo se recoge la historia de Caín y Abel (circa 2000 a. C.)— la que tiene una tradicional estructura de cuento.

En los cuentos infantiles, se aprecia una sempiterna lucha del bien contra el mal con un arquetípico dualismo que imbuye en la mente de los pequeños estas dos caras de la vida mediante tan maniqueo planteamiento, transmitiéndoles el mensaje de que la lucha contra las dificultades de la vida es ineludible y también inherente a la condición humana.

Es de presumir que el cuento se desarrolló en una época en la que ni tan siquiera existía la escritura, conque probablemente las historias entonces eran narradas oralmente en derredor de hogueras, en tiempos de los pueblos primitivos, normalmente en las tardes y por las noches, al aire libre en grutas, para crear cohesión social a través de la narración de los orígenes del pueblo común y sus funciones.